Desde la Red Científica Argentina-Italia (RCAI), celebramos el destacado logro de investigadoras argentinas que han contribuido al conocimiento paleobotánico global. Este descubrimiento, realizado por Gabriela G. Puebla y Mercedes B. Prámparo, representa un avance científico de gran relevancia.
El descubrimiento
Investigadoras del CONICET han hallaron la flor fósil más antigua registrada hasta el momento en el país. La especie ha sido bautizada con el delicado y apropiado nombre de Stellula meridionalis, que significa “pequeña estrella del sur”. Este extraordinario fósil, datado en 113 millones de años, corresponde al período Cretácico Temprano (era Mesozoica) y fue encontrado en la Formación La Cantera, al noroeste de la provincia de San Luis.
El hallazgo fue realizado por Gabriela G. Puebla y Mercedes B. Prámparo, del Instituto Argentino de Nivología, Glaciología y Ciencias Ambientales (IANIGLA), Centro Científico Tecnológico (CCT) – Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Tecnológicas (CONICET) y Universidad Nacional de Cuyo, Mendoza, Argentina. Este descubrimiento ha sido documentado en la siguiente publicación:
Puebla Gabriela G., Prámparo Mercedes B. (2025). Stellula meridionalis gen. et sp. nov., the oldest fossil flower from the Early Cretaceous of Argentina, Review of Palaeobotany and Palynology. https://doi.org/10.1016/j.revpalbo.2025.105350
Características del fósil
Stellula meridionalis es la flor fosilizada más antigua encontrada hasta ahora en Argentina. En nuestro país sólo se habían encontrado hojas y polen de angiospermas (plantas con flores) en otros sitios de la misma antigüedad, principalmente en la Patagonia.
El ejemplar identificado consta de un tallo de aproximadamente tres centímetros de longitud, con pequeñas hojas y flores ubicadas cerca del ápice. Las hojas, de tres milímetros de largo y uno y medio de ancho, tienen bordes irregulares con forma dentada. Las flores, también muy pequeñas, poseen una base en forma de cono y dos filas de estructuras triangulares con punta aguda, dispuestas en forma de estrella, que inspiraron su nombre.
Las características arquitectónicas únicas del eje reproductivo de Stellula meridionalis respaldan la clasificación de este fósil como un nuevo taxón (género y especie) de las angiospermas.
Stellula meridionalis: eje floral de 3 cm de longitud (b), flor (d) y esquemas simplificados de los mismos (a) y (c) (foto y esquema de Gabriela Griselda Puebla, CONICET)
Las características morfológicas, como hojas pinnadas lobuladas o dentadas con márgenes glandulares, y pequeñas flores actinomorfas trímeras con órganos en verticilos, sugieren una afinidad con un linaje temprano de eudicotiledóneas, probablemente del orden Ranunculales, que presenta caracteres botánicos primitivos.
Los fósiles fueron hallados como impresiones carbonizadas en rocas de grano fino, propias de un ambiente de lagunas efímeras asociadas a un sistema fluvial. Este tipo de preservación es extremadamente raro, dado que las flores son estructuras muy delicadas. Además de los restos vegetales, el equipo de investigación recuperó granos de polen de angiospermas en los mismos niveles de sedimento. Estos granos de polen permitieron ampliar el estudio sobre la afinidad botánica de la flor y establecer posibles relaciones con especies actuales y pasadas.
“El origen y la radiación inicial de las angiospermas representan acontecimientos fundamentales en la historia de la vegetación de la Tierra. Aunque el origen de las plantas con flores sigue siendo un tema de intenso debate, es innegable que el Cretácico Temprano marcó un período crucial para su expansión y diversificación morfológica”, destacan las científicas.
Felicitaciones a las investigadoras por este importante aporte, de parte de la RCAI.